Como les decía, a mí a veces me pasan cosas raras, de esas que cuando las contás, nadie te las cree. ¿Y quién me va creer esta? Llego a Lavalle y camino feliz eligiendo en qué cine entrar, no me acuerdo bien que película no pude ver aquella tardecita tan apacible. ¡Me habían robado todo el adelanto, casi medio sueldo! Tenían razón la inseguridad nos rodea, aún en los lugares más insospechados.
Bueno, después de muchos apretujones, logré zafar de esta multitud, terminé de beber mi gaseosa, ¡Bah! Lo poco que no se había volcado sobre mi ropa y las de las unos que no me dejaban pasar, cateandome con la mirada y continué con mi idea de ir al cine, suficientemente informado de lo peligrosa que estaba la ciudad y de como el delito campeaba a sus anchas.
De pronto me ví yendo a contramano de un abigarrado grupo de personas que pedían "Más seguridad, menos delito e impunidad" Evidentemente el tema les había tocado muy de cerca, a juzgar por los rostros habían sido robados o asaltados como mínimo una vez en el mejor de los casos. Una señora me hundió el dedo en el pecho: "A los violadores habría que cortarles el p..." Traté de escurrirme mientras un escalofrío me recorría la nuca. Para que no me confundieran con un delincuente comencé a gritar "Más seguridad, más seguridad".
Mientras bebía mi gaseosa y pensaba en nada, escucho ese peculiar sonído que es muy común en el centro de la capital Argentina, la voz del descontento, de la bronca, de la injusticia, en definitiva: "Las marchas'. Hay todos los días al menos una deteniendo el tránsito. Causando el descontento en unos, (los taxistas por ejemplo, a menos que el paro no lo esten realizando ellos) y la adhesión de otros, en mi caso el tema es totalmente indiferente, aunque creo que está bien que la gente se manifieste.
Era temprano y hacía un día hermoso. Crucé la Nueve de julio en dirección a Plaza de Mayo. -Voy a Florida,doblo por Lavalle y me meto en un continuado- Aún quedan de esos cines que dan un "casi estreno" junto con otra película no tan nueva por menor precio que un Multicine. Como lo hacían mis viejos, claro que sin aire acondicionado, con mal sonido, etc. como antes ¡bah!
Esa tarde salí contento de mi trabajo, no solo me habían dado el resto del día libre sino también un adelanto de casi medio sueldo, era temprano y decidí dar una caminata por el centro, primero y principal me dirigí a un quiosco y compré una naranjada, guarde bien los billetitos en la cartera y pensé ¿voy al cine?
